La reunión de estas tres obras narrativas tan disímiles, dos dentro de la línea de un realismo burlesco, que linda con la caricatura y la sátira, y la tercera en la corriente lacrimosa del más trasnochado romanticismo, plantea un primer enigma que debemos descifrar: ¿dónde está el autor? ¿En el entusiasmo de la mocedad que le inspira su primera narración, El duelo de mi vecino, o en el melodrama de la indecisión y la melancolía, que le hace escribir 'Últimas páginas? en la línea de la gracia y la sátira, que condiciona un estilo, que culmina con Últimas páginas, están Flores y calabazas y Carmela, esta última considerada por Varona, en atención a algunas semejanzas con Cecilia Valdés y sus valores formales, digna hermana menor de la obra Villaverde. Con esta publicación de tres novelas, una de ellas brevísima, más bien cuento de las cuales solo la última se mantenía en el ámbito de su primera edición finisecular, tiene oportunidad nuestra Revolución de reiterar su estima por Meza y de hacer que vuelva el pueblo a sus páginas por curiosidad histórica y placer intelectual, en busca de las raíces de nuestras letras, que es una manera de entender la corriente de creación y resonancia que desemboca en nuestro destino de nación.